lunes, 6 de octubre de 2008

De cómo pasó el largo y tórrido verano

Tres encuentros tuvimos en este tórrido verano de 2008. Tres magníficos y gozosos encuentros terminando el último en un "Éste debería ser nuestro último beso" puesto en su boca en un vagón de metro a las 6.30 de la mañana tras una tarde de sexo y una noche de fiesta nocturna y bailes y escoltado por un "He dicho que debería ser el último beso que no lo vaya a ser" escrito en un e-mail al lunes siguiente.

Pasada una semana de este último e-mail referido al tema en cuestión nos volvimos a ver en una reunión de trabajo ante las inquisidoras miradas del resto de compañeros y guardando en el cajón de lo imposible cualquier intento de roce, beso e incluso cómplice mirada, la pasamos inadvertidamente y nos despedimos hasta dentro de 15 días en que ella volvía de vacaciones. Pero justo antes de irse, tuvo una pequeña conversación con otra compañera sobre la hora en que iban a quedar esa tarde y sobre qué se iba a poner teniéndo yo constancia, por tanto, de que iba a ver a un tipo que, de alguna manera, le interesaba. Bueno, pues ese dato me dejó desmontado y triste para el resto del día; Apagado y culpable por ello, claro. Aún recuerdo el viaje de vuelta a casa en el tren sufriendo como cuando era un crío ¿Cómo pude sentirme así cuando ella es la que está sola? Mi vida es perfecta, completa. Con pareja, con amante; con Eros, con Anteros. ¿Y me siento mal imaginándola acostándose con otro? Pero ¿qué pasa con ella, maldito egoísta? Otra vez cúmulo de sensaciones que me hicieron dilucidar la grandeza de los sentimientos del humano y el gusto de éste por diversificar éstas.

Pero la vida sigue, inevitablemente. Y el tiempo pasa y como ya dije en su momento, la distancia fomenta el olvido. Y yo sigo feliz y vivo. Nunca dije orgulloso, nunca me sentí así, pero sí vivo y más que nunca. Sigo sin olvidar lo que he hecho y sigo disfrutando de su recuerdo. Sigo en paz en mi relación y sin visos de que la cosa cambie ni ahora ni nunca siempre y cuando esta aventura permaneza en lo recóndito.

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