lunes, 15 de diciembre de 2008

El sabor de sus pechos en Otoño (y II)

Todo sigue igual... El otoño da paso al invierno y a la posibilidad de ir unos cuantos compañeros de trabajo a una casa rual juntos. Mis ganas de saciar esta pasión, lejos de mermar, siguen intactas y las oportunidades de hacerlo, a tiro.

La última vez que estuvimos juntos en su cama salió el tema de la casa rural y, como dije en mi último post, fui yo el que dijo que quizás esa iba a ser la última vez. Pero, como digo, no puedo controlar el deseo que siento hacia ella. Llevo así 6 meses y ésto no cambia. No me asusta pues lo que tampoco cambian son mis sentimientos hacia mi mujer. La amo, la adoro con locura y no pienso en ningún momento que la cosa cambie, pero es un hecho que, hoy por hoy, necesito seguir con esta historia.

En definitiva, que la casa rural llegó y que mi amante y yo jugamos sucio para conseguir una habitación en la que durmiesemos sólos y así siguió el tema. No hicimos el amor por miedo a que el ruido despertara la curiosidad de nuestros compañeros, pero sí nos las apañamos para volver a tocarnos, besarnos, masturbarnos, desatar los instintos y deseos y accionar la fusta de la pasión que nos une.

No voy a entrar en detalles porque no interesan. Por ahora me consuela, reconforta y preocupa el decir que sigo igual, que no sé hasta cuándo y que necesito esta dualidad sexual que me hace sentir tan vivo que no puedo plantearme dejar de hacerlo. Mi único y contradictorio miedo es el intentar averiguar cuándo va a terminar todo y si lo hará con un que me quiten lo bailado o con un en qué diablos estabas pensando para haber arruinado así tu vida.

La pasión es enorme, incontrolable y peligrosa ¿Es por eso que me tiene tan atrapado?

No hay comentarios: